Rocío me contactó a través de Internet, y cuando por fin pudimos entrevistarnos tanto ella como Piero me parecieron dos personas super agradables y accesibles, sencillos y atentos. Hablamos sobre los preparativos para su boda, que sería bastante íntima (y que les mostraré más adelante), y nos conocimos un poco mejor.
Para la sesión de fotos previa elegimos desplazarnos a Chupaca, a la laguna de Ñahuimpuquio, uno de mis lugares preferidos. A pesar de que el tiempo estaba un poco inestable y al principio parecía que iba a llover, pudimos pasar una tarde muy entretenida y conseguir algunas fotos que -en lo personal- me encantaron. En especial fue llamativa la parte final, pues tuvimos una puesta de sol fuera de lo común, y al anochecer pude jugar con el flash y conseguir unas tomas diferentes que me gustaron mucho. Agradecí la valentía de Piero y Rocío, ya que al final de la sesión, hacia el anochecer, como es típico en la sierra empezó a hacer bastante viento y frío. Pero aguantaron y el premio fue una bonita sesión, un hermoso recuerdo que sus hijos recordarán algún día…



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