Unos días después de la boda de Marco y Carol, decidimos hacer una sesión postboda para aprovechar el traje y el vestido de la boda, y hacer fotos de forma más relajada. Los novios eligieron ir a Orcotuna, cerca de Huancayo, donde subimos desde el santuario de la Virgen de Cocharcas hasta la cima del cerro Jerusalem. Estando ya en la temporada seca, predominaban los colores amarillos, lo que creó un hermoso contraste con el cielo azul y despejado de esta época.
Siempre que es posible me gusta hacer una sesión postboda. Durante la boda a menudo el tiempo para hacer retratos y hacer fotos en que se luzcan los vestidos de los novios es escaso… y además no podemos correr el riesgo de ensuciar el vestido por sentarnos en la hierba, correr o cualquier cosa parecida. Por eso, en la sesión postboda estamos mucho más relajados: ya no corremos contra el tiempo, nadie nos está esperando, ya pasaron los nervios de la boda… y podemos pasear, correr, jugar, saltar bailar y hacer todo lo que queramos.



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